Febriles pensamientos
que al redoble de campana
se duermen tras el silencio,
aquellos, aquellos pensamientos...
que no te dije porque no me salieron,
los llevo como espinas en mi pecho,
me quedo sola y en silencio
con mis febriles pensamientos.
Que despierte el alma inquieta
cual chispa de amor eterno,
encerrando los eslabones
de un tiempo.
Febriles pensamientos
soñoliento cuerpo,
fantasmas del silencio
cansado, despierto...
Que como hoja de álamo seco
suspira y llora
Febriles pensamientos esperanza
de la debil paloma
con su gorgoteo incansable
de sueños de vida, paz, y gloria.
Oleo de Soroya: La niña en la playa
