NAVEGAR ENTRE PALABRAS

lunes, 29 de junio de 2020

EL INCORDIO




La imagen puede contener: cielo y exterior

Soledad entre gotas de lluvia que acarician el alma. El silencio de los trinos de gorriones traviesos nos dejan en la soledad de ventanas y tejados empapados en lágrimas de ausencia, en este día gris de verano.
Los huesos se rompen como cristal y endurecen el corazón de penas y dolores de amor. Está opaca la ventana de luces de esperanza. Un grito me despierta, voces de niños en la calle, entre risas y protestas, toda una incipiente promesa de esperanza, a la vida, a la luz al sol del verano perezoso y austero. Una dulce canción nos acompaña y el tintineo de la lluvia baila al compás, en una danza mágica.
Soledad de tejas en un abigarrado rincón de tejados envolventes, con un Incordio lejano y cerrado en el tiempo.
Rincón de reunión donde muchas generaciones jugaron al juego de la palabra, entre copas, risas, amores. Son estos días que te envuelven los recuerdos a otros tiempos en la soledad de las calles vacías con un cielo plomizo que encoje el alma.

CALDERETA DE PESCADO Y MARISCO

La imagen puede contener: comida, texto que dice "SHOT ON REDMI7 AI DUAL CAMERA"


Si el sol no calienta nuestros huesos, démosle color y sabor a la vida.
Los trazos mágicos del autor, Fernando, nos deleita con su caldereta de pescado y marisco.
Filetes de lenguado, mejillones, almejas, yemas de espárragos, pimientos morrones y de padrón con su cebollita y todo sazonado con los jugos de los mejillones y espolvoreado por pimienta de cinco bayas, sin olvidar el tomate🍅 y un pimiento choricero.

Feliz domingo queridos amigos y amigas.
Soy feliz 😋😋😋😋😅😂😂😂


domingo, 14 de junio de 2020

MIRANDO AL MUNDO



Por San Ramón, el patrón de Amboague, había todos los años fuegos artificiales. Ponían al rededor de la plaza unos palos elevados, donde colocaban unas figuras llenas de petardos y pólvora. También había bombas de palenque y los tan temibles corre pies, ¡aquello era tremendo y me daba un miedo terrible!.

Un día me persiguió uno, y entre las varillas que caían del cielo y los corre pies, para mí aquella fiesta era un tormento, con lo que un día decidí ver el espectáculo desde mi ventana, así las varillas y los corre pies me dejaban ver tranquilamente el espectáculo.
Después de la pirotecnia había verbena, la plaza se llenaba de vida y de fiesta, con música y risas, con niños corriendo de un lado para otro. Hasta que un día  calló un mortero encima de una casa originando un incendio. Hasta allí acudieron los bomberos fue la última vez que se hicieron los fuegos en la plaza. Realmente el tema era peligroso. A veces quedaban petardos y varillas sin explotar, a un amigo le llevó una mano por delante. Mi madre nos tenía bien advertidos de que no cogiéramos nada del suelo, y su peligro. Nos metía el miedo en el cuerpo.


Recuerdo que siendo bien pequeña mi madre me puso en la plaza para que jugara, llegaron los operarios del ayuntamiento haciendo agujeros,  poniendo los palos y tapando con chapapote. Aquel material me pareció de lo más entretenido con lo que me dediqué a llenar los zapatos de alquitrán y con ello todas las manos y ropa. Mi madre cuando me vió sentadita en medio del jardín llena de manchas del pegajoso elemento, no salía de su espanto. Los zapatos se recuperaron, pero el vestido ni para trapos sirvió.
San Ramón para mí una fiesta inolvidable y a pie de casa, con  bonitos e inolvidables recuerdos.

sábado, 6 de junio de 2020

TAL DIA COMO HOY HACE 95 AÑOS







                   Querida mamá:

Tal día como hoy del año 1925 a las 3 de la madrugada, abriste los brazos a la vida. Navegaste con buenos y malos tiempos en esta vida de alegrías y penas. Jugaste con las risas de tus cinco bebés, porque para ti todos éramos tus bebés. Soñabas con una vida eterna y que tu familia permaneciera siempre en ese limbo del tiempo.

Hoy quiero recordarte en una de tus aventuras, allá en aquellos tiempos  de los veraneos en Meirás. El otro día una amiga virtual, compartía unas fotografías de una cabra, de esas que tienen los cuernos retorcidos.

Por aquel entonces pasábamos el verano en la primera planta de una casita situada en la carretera nueva, con su finca,  sus árboles frutales, su pozo y su pilón. En la fachada un pequeño árbol con su columpio custodiaba la entrada de la casa.

Recuerdo que aquel año el dueño de la tienda, cafetería, restaurante y bar, Regueiro, en una finca situada en el camino  hacia nuestra casa de veraneo, se le ocurrió poner a pastar a dicha cabra.
A nosotros, los más pequeños no nos hacía nada,  pero a ti y a Pedro Daniel os cogió de ojo.

Un día antes de salir a comprar nos dijiste.

-Estar atentos, voy a la tienda, a ver si burlo a esa fiera.

-Mamá, no la mires a los ojos, pasa como que no la ves. Le decíamos ingenuamente

Saliste a comprar, y cuando más tranquilos estábamos, escuchamos unos gritos.

-¡Socorro abrirme la puerta, rápido, rápido!...y llamabas a la dueña, Maruja, Maruja....

Entraste como una exhalación y a tu paso cerramos la puerta y al instante y un fuerte golpe hizo retumbar los cristales y toda la estructura.
Allí estaba plantada en medio de las escaleras, bufando contra mi madre, yo procuré que no me viera, por si acaso.

Al final, hablaste con el Regueiro y le explicaste la movida con la cabra y muy amablemente, la llevó para otra de sus fincas. Al final ya había más gente molesta con la cabra loca.

Esta es una de las muchas anécdotas de tu vida.

También el destino te regaló a la niña que querías después de dos barones seguidos y tal día como hoy nació tu hija Mari Carmen, yo, jajajaaa. Gracias por traerme a la vida a ti y a papá. Una fecha muy señalada para ambas, 7 de junio, nuestro nacimiento.

Querida mamá, brindaremos por ti y por todos, besos y abrazos. MUCHAS FELICIDADES.

Te queremos y te recordamos con cariño y mucho, mucho amor. Te quiero mamá