NAVEGAR ENTRE PALABRAS

viernes, 20 de julio de 2018

RELATO: MARES DE ARDORA











En la ria de Ferrol en las noches de verano había noches de luna llena en las que parecía que ardía el mar, la ardora le llamaba mi padre. Es un fenómeno muy curioso, parecía que el mar ardiera iluminándose con un color brillante. El fenómeno producido por un ser tan diminuto como una bacteria, es la responsable de este hermoso fenómeno debido a su bioluminiscencia ( luz producida por organismos vivos). Esta bacteria está asociada a las microalgas de plancton y de ahí los fenómenos de mares de ardora 
Era suficiente meter una mano y moverla de un lado para otro para que se extendiera una estera luminosa en el mar. Eran noches de luna con un mar en calma total, sin viento rodeados de la luz reflejada en la inmensidad de la ria.
En una noche como estas mi padre fondeaba el Marisol a la proa de unos barcos pertenecientes a Onassis que estaban abarloados al puerto de Ferrol.
En esta ocasión nos daba unos corchos con sedal y poteras, este arte de pesca no requiere de carnada, solo de una técnica, como mi padre era ducho en los caladeros y fondos de la ría, pues ya le venía de herencia de su padre. Mi abuelo también era un trabajador de Bazan, e hijo del fundador de los astilleros de Muros, el arte de la navegación está presente en muchos de sus herederos, mi abuelo tenía una goleta, en la que mi padre aprendió a navegar y las artes de la pesca. Ganó regatas con su barco, un hombre atlético y lleno de fuerza y vida.
Nos decía.: largar la potera al fondo y subir cinco brazas y como con los panchitos al notar movimiento, dar un seco tirón y mano de santo tal-cual, hecho y calamar encanchado a la potera y así sin parar hasta conseguir la cantidad deseada. Como siempre al llegar a casa, de cena los ricos y crujientes calamares fritos después de una agotadora jornada de aventuras, juegos y experiencias inolvidables.