NAVEGAR ENTRE PALABRAS

lunes, 23 de septiembre de 2019

RELATO: EL VERACRUZ

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En el puerto de Ferrol había una fábrica de hielo en un pequeño espigón, dedicado a servicios, en el cual también había una surtidor de gasoil, donde los barcos de pesca tenían un cupo para comprar gasoil a un precio más reducido que el resto de los mortales, me imagino que como ahora.
Un fin de semana más bajamos todos decididos al puerto, para una nueva singladura por la hermosa ria de Ferrol con sus pequeñas calas y castillos. Mi padre en esta ocasión había ido antes, porque dijo que tenía que preparar unas cosas.
Allí llegamos cargados con nuestras pertenencias y aperos para disfrutar de nuevas aventuras. Cuando llegamos al puerto no encontrábamos a mi padre en el lugar de atraque de siempre, y la embarcación permanecía sola sin nadie en su cubierta. Estábamos sorprendidos sin comprender nada. Al cabo de unos minutos que se nos hicieron eternos, entró por la dársena del puerto un marco de pesca, de los que llaman del día que se dedican a la captura de la sardina, el jurel e incluso el bonito....Un barco de una eslora aproximada como la de las lanchas de viajeros de la ria.
Como contaba, el pesquero entró sonando la bocina a todo trapo y nosotros lo mirábamos sorprendido por su escándalo, hasta que nos fijamos que el que gobernaba el barco desde el puente de mando, era mi padre. ¡no salíamos de nuestro asombro!. Ni mi madre sabía nada, cosas que hacía mi padre para tenernos en vilo y doy fe que lo conseguía..
La verdad es que era un buen patrón atracó sin dificultá en una de las escalinatas del puerto, haló con una sisga un cabo hacia el muelle para que lo cobrara mi hermano el mayor y amarrar el barco, siempre bajo sus indicaciones.
No salíamos de nuestro asombro, no entendíamos nada,
Con calma fuimos embarcando uno a uno, y lo asaltamos con preguntas, mientras mi padre no dejaba de reírse.
-Todo con calma primero vamos a zarpar y luego os cuento.
Pero estábamos tan nerviosos que mientras mi padre y mi hermano Daniel, hacían las maniobras Chenique y yo corríamos por el barco de popa, a proa y de bodega en bodega, mirándolo todo a cual más asombrado.
En una de las bodegas había 6 literas, algo impensable en nuestros pequeños cerebros. Entonces empezó a volar nuestra infantil imaginación.
¡Podíamos dormir abordo!
Eso era más de lo que nos imaginábamos y seguimos escudriñando y descubriendo nuevas cosas impensables. En la parte posterior del puente, encontramos un wc y en otro rincón una especie de cocinilla.
El Veracruz pilotado por mi padre puso rumbo a la bocana de la ría, cruzándonos en el camino con la lancha de San Felipe, y entre bocinazos se saludaron ambos patrones mientras intercambiaban opiniones entre bromas y risas.
Ya en la bahía nos dejó gobernar el barco con una especie de rueda que le llamó timón, un sistema totalmente distinto del Marisol que se gobernaba con caña.
La navegación era totalmente distinta que con el Marisol, ya que su eslora era muy superior. El Veracruz apenas se balanceaba por no decir que ni se notaba estar navegando.
El día fue intenso y lleno de sensaciones nuevas, navegábamos en otro plano, pero si queréis que os diga la verdad , como navegar en una eslora menor no hay nada. Es un contacto más directo, más cercano a la vida de los océanos.
El motivo de semejante barco no era para nuestro disfrute, era un negocio de mi padre para conseguir el cupo de gasoil, lo tenía registrado para la pesca tanto el Veracruz como el Marisol. Después de disfrutar del día, nos poníamos a la cola con los demás pesqueros, y llenaba los tanques del preciado producto. Esto lo hacía una vez al mes. El motivo de tal historia no era otra que lo que se llamaba en la época estraperlo. Los barcos de pesca tenían un cupo de gasoil a un precio reducido, mi padre lo revendía a un precio más caro consiguiendo una ganancia.
Mi padre no dejó de intentar negocios, cuando no era con la pesca, era con el gasoil o la fruta... eso si sin dejar su trabajo en la Bazán, de momento, por que en la vida todo es de momento.
Los tiempos del mercado negro llegó a su fin, no se si por mal negocio o porque ese día estábamos todos hasta las tantas y mi madre se negó, después iba él solo. Realmente fueron tiempos de aventura de corretear por la cubierta y las bodegas hasta quedar rendidos. Mis hermanos habían pilotado la embarcación, con la rueda de timón, un sistema totalmente distinto a la caña. Yo quería participar y para ello mi padre se agenció con un pequeño cajón de manera para que así pudiera ver con facilidad el horizonte. Subida en mi pequeño cajón y siguiendo las explicaciones del patrón pilotaba la nave con destreza y precaución, siguiendo el rumbo indicado. aquella sensación fue inmensa y
ahí me entró el espíritu marino de surcar los mares,
Un día se deshizo del Veracruz y continuamos nuestras navegaciones cor la pequeña embarcación disfrutando de una ria llena de riqueza y de rincones inigualables, sin duda los mejores años de nuestra infancia. Vivir surcando el mar a edades infantiles es un sello que queda para toda la eternidad.
¡Patrón, pon rumbo al país de los recuerdos, zarpamos!😃⚓️🚤⛵️🛶

lunes, 16 de septiembre de 2019

EL TÚNEL DE LA VIDA




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Reposan las barcas en la arena 
esperando que gentilmente suba la marea.
Las olas son una  dulce nana 
donde el marino mece sus sueños,
entre mares y cielo, la barca se balancea 
en silencio entre la brisa y las corrientes.
Seguiremos desafiando a la tormenta 
y remontaremos otras metas, 
surcaremos los océanos, nos deslizaremos 
en el túnel de la vida, 
con el espejismo de los sueños.

sábado, 7 de septiembre de 2019

RELATO: MI PLAYA VENECIANA




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Ayer después de muchos años pasamos por este rincón de los recuerdos de la infancia. Me encontré con sensaciones reconocidas, como el olor inconfundible de sus aguas, su playa protegida de los vientos, sus piedras, el riachuelo que esta vez se deslizaba caprichoso a su antojo atravesando en horizontal toda la playa, el aire impregnado de yodo te llenaba los pulmones de vida.
La playa de Chanteiro, tiene un calor que acaricia la piel y el corazón, en estos días de septiembre, cuando los veraneantes ya ausentes te dejan disfrutar del paisaje y del encanto de este hermoso rincón, que bien pudiera ser una cala de las que hay en las Pitiusas, o una playa romántica como la de "Muerte en Venecia" de Visconti.
Tenemos el placer de tenerla aquí en las rías altas Gallegas, en el Golfo Ártabro una de las muchas calas que tiene el ayuntamiento de Ares y esta sin duda la más espectacular, romántica e inigualable.
También tristemente me llevé mi desilusión. Aquel paraje salvaje libre de edificaciones está inundado de pequeñas casas, la mayoría vacías, bien por la edad de sus moradores o por la ausencia de sus veraneantes.
Casas a pie de playa, rozando la arena, donde antes había campo. Realmente salvo la playa todo es un batiburrillo de casas. Todo se levantó cuando la ley del más listo y el don dinero campaba a sus anchas.
También el muelle nuevo afea ese horizonte que antes permanecía dentro de la naturaleza y alejaba el horizonte.
Entre la emoción, la alegría y la desilusión
El pequeño campo por donde transcurría un pequeño riachuelo que desemboca en la playa, hoy lo ocupa un chalet, donde acampábamos y donde las familias organizaban comidas. Los niños íbamos a jugar con las libélulas multicolores, como en un cuento de hadas. Dicen que estos insectos paleópteros, solo están en zonas limpias y sin contaminación, revoloteando cerca del agua. Adiós libélulas danzarinas de sueños.
Lo que si queda es la hermosa playa de Chanteiro, y su aire romántico y acogedor.

martes, 3 de septiembre de 2019

RELATO: ADIÓS GOLONDRINAS HASTA LA VISTA

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El cielo, azul intenso de este septiembre crepúsculo del verano, nos trae la ausencia de nuestras tan esperadas golondrinas, antesala del estío y del tiempo de recreo del solaz verano.
Quisiera ser golondrina para volar detrás de la primavera. Adiós golondrinas hasta la próxima singladura.
Los cielos amanecen solitarios, alguna paloma torcaz, algún gorrión y los estorninos, que también muy pronto alzarán su vuelo, hasta las gaviotas permanecen ausentes. 
Las calles del pueblo hervidero de veraneantes, de coches en exceso por este paraíso, también dejan paso a su silencio. Bienvenida la paz a pesar de las ausencias.
Es tiempo de reposo, paseos y pequeñas excursiones a los pueblos cercanos, volver a ver y recordar otros tiempos ya pasados en el tiempo.
Paseos por Cervás, Chanteiro, la Palma, Mugardos, Seselle, Redes... y así recrear el tiempo presente con la visión de los recuerdos.

domingo, 1 de septiembre de 2019

RELATO: ADIÓS VERANO

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Los últimos veraneantes apuran su tiempo entre tablas, hamacas, los paseos por la orilla jugando con las caracolas, moluscos y espuma de mar. Se apura todo, la luz del sol apacible acaricia el verano que agoniza entre nieblas, brumas y pequeñas gotas caprichosas que nos anuncian, el regreso a una rutina, perezosa y ausente de la vitalidad del estío veraniego.
Septiembre plácido y sosegado con sus atardeceres frescos nos regala mañanas luminosas donde acarician las olas y nos despedirnos con sus lagarteiras, repletas de yodo. Mareas bravas que nos llenan de fortaleza para la rutina que se avecina. Los inviernos húmedos y lánguidos de mi tierra.
Disfrutemos de estos últimos reflejos dorados y los últimos veraneantes, que permanecen hasta finales septiembre.
Yo permaneceré en Ares con su clima protector y con el encanto de los vecinos amigos, sus sonrisas y su fuerza. Me quedo con la sencillez de sus gentes y su compañía.