NAVEGAR ENTRE PALABRAS

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Relato: EL BELÉN DE MAMÁ

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Transcurrían los años sesenta y en la calle Dolores cerca de la plaza de Amboage había una librería, se llamaba, la "Papelera Ferrolana" que a día de hoy sigue en funcionamiento, solamente cambió su ubicación,Y en la actualidad está a a pocos metros de su punto original.
Cuando apenas tenía tres o cuatro años mi madre nos llevó a un hermoso escaparate lleno de luces, bolas de colores y cientos de pequeñas figuritas de distintos tamaños, estilos y formas y todo eso presidido por un Rey Mago de cartón, que tenía en sus manos un cofre con una ranura para que los niños depositáramos la carta con nuestros deseos de Reyes. Dicho Rey sigue presidiendo la actual y moderna papelería Ferrolana.
Allí depositábamos nuestras peticiones y a los pocos días nos llegaba su contestación, diciendo que habían tomado nota de nuestros deseos y un pequeño cuento de regalo mientras esperábamos el tan ansiado día de Reyes.
Había varios estilos y escogimos el que más nos gustó, después fuimos eligiendo las distintas figurillas. Empezamos por el portal y sus moradores, la virgen, San José, el niño Jesús, y el ángel que siempre estaba suspendido encima del portal desde una ramas de muérdago y hojas pintadas de purpurina. No faltaban la mula y el buey para darle calor a el niño recién nacido que apenas tenía un pañal.
Los reyes Magos montados en sus camellos custodiados por sus pajes que a su vez portaban las riendas de las mulas, cargados de agasajos para el niño recién nacido, sin olvidar la mirra, incienso y oro.
En la lejanía una estrella con una hermosa cola (la estrella de oriente) los iba guiando e indicando el camino hacia el lugar de Belén.
No podía faltar el castillo de Herodes, aquel rey malvado y sus soldados,situado siempre sobre la atalaya de una montaña, desde donde miraba con poderío a todos sus súbditos.
A continuación, escogimos a pastores, labriegos, con sus ovejas, gallinas, vacas. También había un molino con su río y un puente con un remanso donde las lavanderas lavaban las ropas rodeadas de cisnes y patos, grandes y pequeños, toda una representación de una época y una historia.
Entre la última semana de Noviembre y la primera de Diciembre había excursión a los montes de Brión para coger musgo para el tan maravilloso Belén que mi madre con tanto cariño año tras años iba montando entre todos.
También cogíamos arena de playa para hacer los caminos, el algodón para simular la cascada del molino y los ríos eran tiras de plata.
Ahí los patos, allá el pastor calentándose en su hoguera, o la señora con una gallina y sus pollitos, o el ovejero, hasta había una campesina haciendo una tortilla de patata, toda una representación y todos al unisono dirigiéndose hacia el portal junto, con los Magos de oriente con sus ofrendas. Día a día se iban moviendo, dejándonos a los más pequeños en un misterio, ante las sonrisas de mis padres.😀😀 El único que no se ponía era el niño Jesús, que aparecía justo al finalizar la cena de nochebuena, ante nuestro asombro. celebrándolo con cantos y villancicos. hasta quedar rendidos entre olores, sabores y emociones.
... y beben y beben y vuelven a beber los peces en el río por ver al Dios nacer...
El responsable y encargado de la parte eléctrica era mi padre, siempre bajo las recomendaciones de mi madre, para conseguir el realismo del momento..
En aquella época cenaban con nosotros mi abuela materna y Manolito, hijo de una hermana de mi madre que había fallecido al año de nacer mi primo. También un amigo de la familia que había quedado soltero y solo. Trabajaba en la barbería y peluquería Fígaro, ubicado en la calle Real, (hablamos de Ferrol). Desde hacía años de regreso para su casa los sábado hacía una parada y le cortaba el pelo a mi padre y hermanos, mientras charlaban.
Mamá, un año más sin faltar a la cita, aquí tienes instalado tu nacimiento, con el mismo cariño y amor que tu ponías. Esta vez fue montado por el pequeño de la familia y compartido para que todos lo disfrutáramos
.
El extenso nacimiento fue perdiendo sus pequeñas y frágiles figuras, mudanza tras mudanza y por las torpes manos de tus hijos y nietos.
En su lugar nos quedan tus maternidades que con tanto arte, sensibilidad y amor salían de tus manos.
Con todo nuestro cariño mamá aquí tienes
el Nacimiento de tus hijos ❤️❤️❤️❤️❤️

sábado, 30 de noviembre de 2019

UNA ESTRELLA EN EL CIELO


 La imagen puede contener: una o varias personas, personas de pie, océano y exterior
 

Mi mamá nació acaballo de dos dictaduras. Sobrevivió a todos los avatares y penurias de esos años. Tuvo cinco hijos, la fuerza de su vida.

Amaba la pintura y pintar era su pasión, pero a mi lo que más me sorprendió era el arte y habilidad que tenía con el barro, una autodidacta que hacía unas piezas, principalmente maternidades de la talla de un gran artista.

Siempre le faltaba tiempo para ella y su pasión quedaba metido en un cajón.

Cuando llegamos a Coruña con mi primer sueldo le regalé un caballete y un estuche de pinturas con todo lo necesario para que retomara el sueño que la vida le había arrebatado en su juventud. Le presenté a una pintora reconocida de la ciudad vieja, que daba clases de pintura, con la que entabló una amistad que duro en el tiempo. Dicha pintora falleció también en los últimos tiempos. También asistió al estudio de Pucho Ortiz para perfeccionar su dibujo, y aprender la técnica de la acuarela que hacía con sensibilidad y destreza. Entabló amistad con Abelenda, Gutiérrez de la Concha, ...un y un grupo de pintores que todas las tardes se reunían en dicho estudio.

y despertó del letargo y sus manos hacían trazados creando un mundo, su mundo. mágico.
La vida volvió a frenarla y asaltos pintaba entre penas y alegrías.

Mi madre nació en Ferrol, estudió en Cristo Rey y más tarde en la casa del Patín, (hoy biblioteca y Rectorado universitario), donde aparte de seguir sus estudios también daba clases de dibujo dejando sorprendido a su maestro.

En la actualidad vivía con el benjamín de la familia, su ojito derecho y con el que más años vivió.
Este año después de otro parón en la pintura, conoció a una pintora en Ribeira y había vuelto a pintar, estaba como una niña con zapatos nuevos, iba dos días a la semana pero ella quería ir todos😀, mi hermano se reía, y medía sus fuerzas. A mamá le gustaba pintar en compañía, era su refugio.

Noventa y cuatro años dan para mucho.
Mamá, ahora estarás pintando estrellas y sueños en una vida eterna rodeada por los que más quieres.

La foto pertenece a su último cumpleaños que por casualidades del destino las dos compartíamos ,7 de junio.

Te queremos. Mamá, tu luz brilla entre las estrellas.