Me acuerdo cuando me miraban,
grandes, deformes, sonreían,
hablaban, no se entendían,
sin raíces ni alas,
se movían no descansaban.
Enemigos de la vida,
disfrutaban en los campos de batalla.
Luchar era su símbolo
y la guerra su pecado.
Por eso quisiera despertar
de éste sueño
de éste sueño de fantasmas,
porque me he equivocado en mi empiezo
y los cuerpos ya han vuelto.
Extraños son mis pensamientos
que se cierran como hierros en mi cuerpo,
montones de escombros
tapan mi rostro, duermen las conciencias.
¿A dónde vamos?
Míseros problemas que llenan el vaso
y yo me voy muriendo con el tiempo,
os dejo con vuestras manos,
arañas viperinas con lenguas de gusano.