NAVEGAR ENTRE PALABRAS

sábado, 7 de septiembre de 2019

RELATO: MI PLAYA VENECIANA




La imagen puede contener: nube, cielo, océano, playa, exterior, naturaleza y agua



Ayer después de muchos años pasamos por este rincón de los recuerdos de la infancia. Me encontré con sensaciones reconocidas, como el olor inconfundible de sus aguas, su playa protegida de los vientos, sus piedras, el riachuelo que esta vez se deslizaba caprichoso a su antojo atravesando en horizontal toda la playa, el aire impregnado de yodo te llenaba los pulmones de vida.
La playa de Chanteiro, tiene un calor que acaricia la piel y el corazón, en estos días de septiembre, cuando los veraneantes ya ausentes te dejan disfrutar del paisaje y del encanto de este hermoso rincón, que bien pudiera ser una cala de las que hay en las Pitiusas, o una playa romántica como la de "Muerte en Venecia" de Visconti.
Tenemos el placer de tenerla aquí en las rías altas Gallegas, en el Golfo Ártabro una de las muchas calas que tiene el ayuntamiento de Ares y esta sin duda la más espectacular, romántica e inigualable.
También tristemente me llevé mi desilusión. Aquel paraje salvaje libre de edificaciones está inundado de pequeñas casas, la mayoría vacías, bien por la edad de sus moradores o por la ausencia de sus veraneantes.
Casas a pie de playa, rozando la arena, donde antes había campo. Realmente salvo la playa todo es un batiburrillo de casas. Todo se levantó cuando la ley del más listo y el don dinero campaba a sus anchas.
También el muelle nuevo afea ese horizonte que antes permanecía dentro de la naturaleza y alejaba el horizonte.
Entre la emoción, la alegría y la desilusión
El pequeño campo por donde transcurría un pequeño riachuelo que desemboca en la playa, hoy lo ocupa un chalet, donde acampábamos y donde las familias organizaban comidas. Los niños íbamos a jugar con las libélulas multicolores, como en un cuento de hadas. Dicen que estos insectos paleópteros, solo están en zonas limpias y sin contaminación, revoloteando cerca del agua. Adiós libélulas danzarinas de sueños.
Lo que si queda es la hermosa playa de Chanteiro, y su aire romántico y acogedor.