Atardecía, la alegría
incitaba mi espítitu
grandes proyectos,
quizá no valiera la pena.
Se escurrió el día
las gentes miraban empequeñecidas
tan vulgar eran sus ideas
que no las sentía.
Las rutas se mezclan,
todo es una gruesa cadena,
difíciles romper sus eslabones
de tan pobres esencias.
Yo os condeno a la condena
no me creais por loca,
sois vosotros verdugos,
jueces,voces de la tierra.
Os miro desde mi ventana
pequeña alcoba,
en donde mi mundo etéreo
he creado sin vuestras ideas.
Ya duerme la LUNA
mi pequeña centinela
que te hicieron de sueños
y te dejaron como una piedra.
Son así los mortales
caprichosos, vanidosos
con sus estúpidas cabezas
de efímeras ideas.
Dibujo de: I. Núñez
