domingo, 6 de diciembre de 2015
INSOMNIO
No sé si mi placer está en el silencio
o en esa música que patéticamente,
suavemente adormece las iras,
las angustias de nuestro tiempo.
Mientras los cuerpos se cubren
con un velo de hielo transparente,
luchando contra las ideas de un tiempo
de manos peregrinas, de soledades,
escondiendo a un león dormido.
El rugir de los pensamientos
de mil tribus, ojalá eternas,
siempre más allá de una justicia inmortal,
de ventanas abiertas.
Ahí están las promesas olvidadas
como un niño dormido,
sin reconocer todo el dolor hiriente,
que hay detrás de la mentira.
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