Empezar y esperar
manteniendo el tiempo,
ciñendo la voluntad de los sueños,
sujetando los impropios caprichosos...
con aquel silencio
al encuentro de uno mismo,
en la oscuridad de ÓXIDOS.
Cuando la lluvia
empapa el silencio de las calles,
y la oscuridad
encierra los TÉMPANOS,
máscaras de vidrios
lánguidas y expectantes.
Están la luces
intrépidas, nerviosas
gritando fiesta,
sus mil colores se funden
entre las VOCES.
Después vendrán las quejas,
lamento de viejas
de aquel pasado sin futuro.
Mientras los cuerpos
se remojan caprichosamente
entre gotas de champán.
ÓXIDOS, TÉMPANOS,
VIDRIOS Y VOCES.
Entre brillos de púrpura
las crisálidas emergen intrépidas
después de su larga siesta,
en los cauces del olvido...
Se abandonan tímidamente
entre terrazas solitarias,
donde se habla de todo y más...
Envueltos en periódicos, cigarrillos
y los pies desnudos
encerrados en su concha abstracta de :
cueros, cordones,
rodeados de VOCES.
Algún movimiento
te devuelve al presente,
se agitan los pensamientos
para sentirte nuevamente solo entre,
ÓXIDOS, TÉMPANOS,
VIDRIOS Y VOCES.
Siempre queda un sentimiento
al margen de todos los olvidos,
capaz de esbozar un bostezo...