Cuando llegaba esta época mi tía Chicha nos llamaba por teléfono para confirmar mi asistencia a dicho evento. La patrona del barrio de Recimil. Era un alto en la vida cotidiana.
Mi tía llenaba la casa de olores y sabores que deleitaban al más exigente paladar. No solo hacia los platos que mi abuela les enseñó, sino que también los que ella con su arte culinario aportó a la cocina. Sin duda un arte en alza en la actualidad.
Un tiempo de banquetes y verbenas. Donde yo me encontraba en mi salsa. Era la época del twist, recuerdo cuando los músicos me dedicaban piezas para que las bailara, apenas levantaba un palmo del suelo, entonces la gente empezaba a rodearme y hacer un círculo cada vez más grande. Yo estaba poseída por la música, siempre fue mi perdición bailar. . Al principio la Verbena se celebraba en la plaza de Sevilla, paralela a la Plaza de España, en Ferrol. Después la cambiaron a una explanada enfrente de la iglesia del Pilar. Yo fui creciendo y un buen día dejé de asistir a tal evento, ante la tristeza de mi tía, la juventud es así, crece y sigue su camino.
Los tres días se iban en un segundo, entre juegos, con mis primas, los invitados que por allí pasaban, las ricas viandas y las verbenas.
Un tiempo de lecer donde nos rodeábamos de familiares y amigos. Un tiempo inolvidable .
El barrio de Recimil, más conocida en mi época por las casas baratas, era un bario singular, sus gentes eran de lo más variopinto, allí se mezclaban gente trabajadora y luchadora con gente de dudosa reputación.
Recuerdo que los vecinos de mi tía, era una familia que sus dos hijas habían sido metidas en un correccional, y una tía de ambas se comentaba que tenía dudosa reputación. Se llamaba Adela y hablaba con un toque un tanto gangoso y siempre que compraba alguna prenda de ropa, iba a preguntarle a mi tía y primas se le quedaba bien. Un día vino con un sujetador, coincidió que estaba yo, y quedé asustada, eran terminados en punta de una forma exagerada. Cuando se fue mis primas y yo estábamos que no dábamos crédito. Cosas de vecinos.
Otras veces me iba a jugar con un niño que vivía unos portales más lejos, era un niño que tenía siete hermanas mayores y su madre era modista. Los niños del barrio se metían con él y yo siempre fui protectora de las injusticias, cuando llegaba a casa de mi tía lo iba a visitar. Era un niño amanerado con una sensibilidad exquisita y una y una gran educación.
Recuerdo los domingos y el circo que se instalaba en la plaza de Sevilla. Era un circo sin animales, había payasos y una actuación de teatro que era lo que más me gustaba. Con la entrada te daba derecho a una rifa, sorteaban bicicletas y juguetes, a mi nunca me tocó nada.
Otras veces mis primas me llevaban al cine del grupo escolar del barrio, casi siempre daban películas muy sangrientas, donde solo había tiros y peleas, una que me quedó en la mente, "Ríos de sangre". Me pasé la sesión con los ojos cerrados. Lo pasé con una grima que no volví a aquel cine.
Recimil era un barrio donde convivían gentes de distintos estatus sociales y todos vivían en armonía.
Hoy quiero recordar a mis tíos y primas, tiempos en el recuerdo.
Feliz fiesta del Pilar.