sábado, 2 de mayo de 2020
FELIZ DÍA
Ahí estamos mi hermano Toni y yo 😊 . Estaba contenta porque al fin me dejaron coger al bebé. Ahí yo tenía ocho años recién cumplidos. Debía de ser verano por el moreno.
El bebé fue bautizado con una galerna, en la ría de Ferrol. De ahí su afición al mar, hay experiencias que sin duda marcan. Este suceso lo cuento en uno de mis relatos "Domingo de temporal".
A las horas de nacer Toni, mis tías
nos llevaron para casa, allí estaba encima de la cama de mis padres, lloraba porque debía tener hambre. Chenique lo miraba con cara de fruncida, y yo estaba sorprendida.
Mi madre se enfadó y nos dijo.
¡No lo miréis así, será posible, hala fuera de aquí!...
El caso es que era la primera vez que veíamos a un bebé desnudo y claro nos resultó un impacto y un poquito de celos también había 😅.
Toni le dio un mal embarazo a mi madre, y parte de el lo paso en cama.
Yo ayudaba a mi padre en la cocina me subía a una silla y fregaba los cacharros. Era mi pequeña aportación.
Toni siempre fue muy curioso, todo le interesaba y aprendió a leer con tres años. Encima al ser nosotros mayores aprendía cosas que nosotros estudiábamos. Con tres años ya lo metió en una academia donde iban mis hermanos Pedro Daniel y Chenique, El profesor era el padre de una amigo nuestro y quedó asombrado de los conocimientos del niño y la facilidad de aprendizaje que tenía.
Poco a poco mi madre fue confiando más en mi, y a medida que iba creciendo el niño, yo me fui responsabilizando de sacarlo a la plaza de Amboage en el cochecito. A los dos años nació Alex, así que hubo una época que los Domingos venía conmigo y con mis amigas al cine El Rena de Ferrol y a pasear por la la calle Real, con su paga compraba caramelos y al salir del cine pasteles en el Negrito o Gascón. Yo le calculaba lo que podía comprar y él escogía, siempre le sobraba para pillar algún picadero que costaban una "mota", o patacón.
También le enseñé a atarse los cordones de los zapatos. Me ponía delante y él aprendió a atarlos al revés 😅, "mea culpa"
.
El tiempo va pasando, y los sentimientos permanecen. Siempre estarás dentro de mi corazón💜❤💖
Muchas Felicidades🎉🎊🎁👏👏👏 😘😘
La foto es un regalo de mi primo Manolito. Es un entrañable regalo, espero que para ti también lo sea. 😀😊
lunes, 27 de abril de 2020
LA HUERTA EN CASA
Mientras me da vueltas la cabeza por tanto encierro, Arguiñano habla de que hay que comer alcachofas, y claro que yo comería alcachofas prácticamente todos los días porque soy una apasionada, pero claro el precio es un lujo, cuatro alcachofas te salen a un kilo de carne de cerdo. En una familia te entra la risa.
Los aguacates, bueno, que queréis que os diga, para mi son un manjar que también comería todos los días, otra cosa que está a unos precios fuera de lugar y encima los compras y en muchas ocasiones los tienes que tirar. Somos la huerta de Europa, los agricultores protestan, el pueblo protesta y mientras el caos del libre mercado de precios campa a sus anchas, por tiendas y supermercados.
Pronto empezará la tan deliciosa fruta de hueso, al principio ves como la mercancía se pudre mientras los precios se disparan, no sé si es lo normal yo solo veo que no es humano. En este encierro la gente necesita disfrutar por lo menos de las ricas y generosas frutas que produce nuestra tierra.
Esperando que productos y precios se adecúen a los sueldos del pueblo y esto es de toda la vida, una vergüenza.
Al final todos para el campo a cosechar nuestros productos, el regreso del hombre a sus orígenes...
Los aguacates, bueno, que queréis que os diga, para mi son un manjar que también comería todos los días, otra cosa que está a unos precios fuera de lugar y encima los compras y en muchas ocasiones los tienes que tirar. Somos la huerta de Europa, los agricultores protestan, el pueblo protesta y mientras el caos del libre mercado de precios campa a sus anchas, por tiendas y supermercados.
Pronto empezará la tan deliciosa fruta de hueso, al principio ves como la mercancía se pudre mientras los precios se disparan, no sé si es lo normal yo solo veo que no es humano. En este encierro la gente necesita disfrutar por lo menos de las ricas y generosas frutas que produce nuestra tierra.
Esperando que productos y precios se adecúen a los sueldos del pueblo y esto es de toda la vida, una vergüenza.
Al final todos para el campo a cosechar nuestros productos, el regreso del hombre a sus orígenes...
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