La casa permanece cerrada
para que el frío invernal no penetre
en la calidez hogareña
manteniendo así su calor.
Frío está el viento
aguijoneando articulación y vértebra,
intentando adueñarse de nuestro
endeble cuerpo...
El sol quisiera animar
un poco nuestra masa articulada
mitigando ésta lasitud del invierno.
Apenas un bostezo nos recrea
en el lecho, invernando
nuestro sueño
para otros tiempos capaces
de desperezar nuestro cuerpo,
animando nuestro espíritu
a aventuras futuras.
Todo es durmiente
en el sueño del invierno
que nos relaja con la muerte
de hojas caducas,
acercándonos a esa realidad,
olvidada, principio, fin y continuidad.
Renglón a renglón
la historia se repite como un ciclo
que nos encadenase en un tiempo
AL BANCO DE LOS OLVIDOS
Autora: Mari Carmen Freire